
Nosotros no miramos el espanto, miramos siempre la belleza, la belleza que está ahí siempre para ser admirada.
Tenemos un fuego, una llama que nunca se apaga. Aún en las situaciones más extremas nosotros gritamos "fiesta". En la vida hay momentos felices y de los otros. En esos momentos feos nosotros lloramos y sufrimos como cualquiera, pero también reímos, bailamos y cantamos, porque la fiesta nos da fuerzas, nos da vida, nos vuelve creativos y poderosos. Por eso hay fiesta.